miércoles, 4 de abril de 2012

Ayer

¿De qué sirven las palabras, los sueños, si no se comparten? ¿De qué sirve un "homenaje" no compartido? Un dolor no acompañado. Ojalá las cosas no fueran como son, ojalá pudiéramos retroceder, retomar lo que el orgullo no nos dejó ver y actuar sin pensar tanto. O no. Todo tiene su porqué y cada uno sabrá si le ofrece un significado para legitimar sus actos o para cambiarlos.

Hoy no estaré allí, con ellos. Hoy vuelvo a ser cobarde, a sumergirme en sus tonos azules, grisáceos pero azules, los mismos que tenían sus ojos, los que yo heredé, tonos tristes que visten la nostalgia, con los que vemos nuestra infancia entre reflejos y nieblas, sin perder una ligera sonrisa aunque asomen las lágrimas.