jueves, 17 de enero de 2008

Micro



Tickas. Avanzas entre el tumulto hacia el final. No hay asientos. Él entra. Realmente, el día de este microplaneta ha comenzado ahora. Existía ya antes de que sus manos se aferrasen a tu misma barra, compartiendo aquello que mantiene vuestra gravedad, el equilibrio entre las curvas, las paradas, los empujones. Existía, pero era de noche. Lo era afuera también. Amanece. Puede que sea una simulación, que las cristaleras no sean sino pantallas, imágenes de una ciudad que corre mientras vosotros giráis sin concederle importancia a lo externo. La magia de un mundo que hospeda aleatoriamente: los inquilinos pueden regresar, tomar el mismo itinerario, horario, sitio, pero nunca estarán los mismos, todos. Nunca existe el siempre. Una niña ríe y llora, al unísono. Los ojos del Sol cesan de mecer al mar un instante, abandonado a la lluvia, para cernirse sobre ella. Quisieras ser ella. Tú sales. Lo fuiste.>>>>><<<



Ilustración cedida por Pablo.S gracias a la srita.Bustillo. No se corresponde con la historia original (quien sabe si algún día será RosaMontero quien te pida el autógrafo), pero creo que de cada imagen se pueden sacar tantas historias como al revés, de cada instante, de cada palabra
(es tan confuso como el decir que entre los números naturales y los enteros existe una biyección, yo sigo sin encajarlo bien, por muchas demostraciones que se hagan. No me lo creo. Se supone que se nos enseña a ser críticos, no?)


Me habéis escrito correos diciendo q esto es todo un bardal (cobardicas!), y vale, puede que lo sea, no he hecho una introducción clara y concisa, no he expuesto un tema y me he centrado en él, sólo batallitas inconexas, pero como ya dije, se trata de ser caótico y surrealista, vamos, un bardal, sí.

El asunto no es hablar de esos autobuses en los que paso tantas horas, esos micromundos de gente extraña, de los que inventas vidas al observarlos, que al final acabas conociendo y dejan de serlo para pasar a ser personas de tu mundo cotidiano, aquel del que escapas cuando entras en esos microplanetas. No, no intento dejar escritos como inventarios mis pasos por estos pequeños viajes, sino pintar “trazados de trayectos”, los del mundo “real”, pequeñas metáforas y detalles que se alternan en importancia en un día u otro, en distintos instantes.

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